Messi se cita con la historia

Leo Messi ha liderado a Argentina hasta una nueva final de Copa del Mundo, la sexta en la historia para su país. El astro del PSG fue el mejor de la albiceleste en un partido que llegó prácticamente sentenciado al descanso y que cerró el 10 con una obra de arte en la segunda parte.

Salió mejor Croacia al verde del Lusail, queriendo llevar la iniciativa y merodeando el área del Dibu Martínez. Tenía más el balón y jugaba vertical el equipo de Dalic, aunque no era capaz de inquietar con peligro al meta argentino. Solo Perisic llevó algo del peligro al área de la albiceleste con algún disparo lejano.

Argentina no tenía el balón, ni tampoco parecía tener controlada la situación. Croacia estaba muy bien, pero en el fútbol y, más en una Copa del Mundo, los errores se pagan muy caro. Corría poco más de la primera media hora de partido cuando Julián Álvarez encontró espacio en un balón largo para plantarse solo ante Livakovic y el portero croata le arrolló cometiendo un claro penalti. Messi no dudó, agarró la pelota y la puso en la escuadra izquierda de la portería croata para hacer el 1-0.

No encajó nada bien el gol Croacia que, unos minutos más tarde, volvería a encajar otro duro golpe que sentenciaba prácticamente el partido. Julián Álvarez hizo una gran galopada y fue empujando cada vez más a la defensa croata hacia su propia portería. Llegó a trompicones a la frontal y, tras varios rechaces, el balón le quedó muerto en el área pequeña para que fusilara con todo a placer a Livakovic e hiciera el 2-0.

La herida croata estaba abierta y Argentina pudo hacer el tercero antes del descanso en un cabezazo de Mac Allister a la salida de un córner que detuvo Livakovic con un paradón. También pudo meterse el partido Croacia con un centro chut de Juranovic que el Dibu Martínez despejó a córner.

A la vuelta de vestuarios, la historia no cambió. Dalic movió el banquillo en busca de más llegada arriba, pero sus cambios rompieron al equipo y Argentina se mostró muy superior. Leandro Paredes avisó primero con un disparo lejano y Messi pudo marcar en un mano a mano con Livakovic que resolvió bien el portero del Dinamo de Zagreb.

Croacia, que atacaba con más corazón que cabeza, estuvo cerca de meterse en el partido en un remate a balón parado de Lovren que despejó el Dibu Martínez, pero entonces Messi se inventó una nueva obra de arte. El argentino agarró la pelota pegado a la línea de cal, a unos 45 metros del área, y consiguió girarse dejando atrás a Gvardiol. Al llegar al área se frenó, amagó con salir a un lado, al otro, le dio la espalda... En definitiva, volvió completamente loco al que estaba siendo el mejor central del Mundial para llegar a línea de fondo y regalarle a Julián Álvarez el definitivo 3-0.

Quedaban aún 20 minutos, que se hicieron largos, pero el partido estaba ya terminado. Scaloni dio entrada a jugadores como Dybala, Correa o Foyth que jugaron sus primeros minutos en Qatar. Argentina y Messi se vuelven a citar con la historia ocho años después para, como dice el cántico, ganar la tercera y ser campeón mundial.