RAYO VALLECANO

El mejor jugador de la historia del Rayo

El capitán del Rayo Vallecano, Óscar Trejo, ha renovado su contrato con el club rayista hasta el 30 de junio de 2024.

Raúl Granado

Madrid | 07.10.2022 11:34

El mejor jugador de la historia del Rayo, Óscar Trejo | EFE

El 6 de octubre será desde este 2022 una de esas fechas que perduran en el imaginario colectivo de un club, el Rayo Vallecano, que no acostumbra a guardar muchas fechas en positivo. Y lo será porque el capitán ha renovado su contrato. No es una cuestión menor. Óscar Trejo llegó por primera vez al Rayo Vallecano un 15 de agosto de 2010, cedido por el Mallorca. Otra fecha más. Ahí empezó la leyenda un jugador carismático que todavía no sabía que una franja atravesaría su corazón para siempre.

Los números de Trejo con la camiseta vallecana son los de un jugador que acumula muchos kilómetros en las piernas y que están ya sobre la historia del club. Pero hay muchas cosas más que los registros estadísticos. La historia de quién ha construido una familia vinculada al Rayo, con un sentimiento de pertenencia que han hecho fusionar los 9.766 kilómetros que separan Santiago del Estero del Estadio de Vallecas. Una familia real, de Óscar y Mar, con Mía, Lucca, Santi y Leo siendo el legado rayista que nunca imaginaron.

Trejo es ese capitán que en mitad de una pretemporada tuvo que hacer el viaje más amargo de su vida para despedir a su padre y a los cuatro días estaba de vuelta para seguir entrenando. Es ese capitán que desde el primer minuto ha llevado tatuado un brazalete que antes tuvo que ver pasar con orgullo por los brazos de Michel o Alberto. Ese capitán que siempre ha tenido la capacidad de liderar desde la tranquilidad, desde la posición de otorgarle a cada uno su lugar y desde la firmeza de defender los intereses del vestuario por encima de los suyos. No quiero dejar de mencionar en este punto el trabajo junto a Óscar de Mario Suárez. Un tándem imprescindible durante la pandemia que han hecho posible apagar incendios, detener tormentas y sobrevivir a un alud que solo se entiende cuando vives desde dentro.

Como casi todas las historias de amor, la de Trejo y el Rayo Vallecano necesitaba una segunda oportunidad. Y, gracias al trabajo de Cobeño y Michel, eso pudo darse en su vuelta a casa en 2017. No era un momento fácil para volver, no lo dudó. Ahora, el debate sobre la mesa es si es el mejor jugador de la historia del Rayo Vallecano. A mí, poco me importa, desde luego es uno de los que más porcentaje tiene de impulso en ese rayo que golpea los corazones vallecanos.

Él dirá que no lo es, lo dirá con esa media sonrisa que puede parecer vergonzosa. Pero que no os engañe. Debajo de esa apariencia modosa del yerno que a cualquier madre le gustaría tener se esconde uno de los mayores sinvergüenzas que me he encontrado en el mundo del fútbol. Un tipo bromista y descarado al que todos esperan en el vestuario para devolverle sus bromas cuando menos se lo espera.

Trejo seguirá defendiendo la franja con orgullo, al menos, hasta el 30 de junio de 2024. Y no ha sido fácil, no por su culpa. Lo que pasa que él no lo contará y yo, por respeto a él y su familia, de momento tampoco. Pero eso será otro capítulo. El de ahora es el de disfrutar de una buena noticia. Trejo es presente, ha sido clave en el pasado y lo será el futuro.

Sigan disfrutando de los regates imposibles, de los balones escondidos para los rivales, de los reversos de locura, de la visión para buscar los huecos que no existen, de la inteligencia para sacar faltas a los rivales de donde no existían, de los goles para la historia, de la sonrisa eterna, de la magia en los pies. Disfruten del 8, que ojalá pueda vestir la albiceleste para volver a enseñarle al mundo quién es Óscar Guido Trejo. Disfruten de un genio, porque somos unos privilegiados.