Marcos Llorente y Morata dan la victoria al Atlético ante el Sevilla
El Atlético de Madrid gana al Sevilla en el Sánchez-Pizjuán gracias a los goles de Marcos Llorente y Morata.
El Atlético de Madrid, con un partido muy serio y efectivo, ganó por 0-2 en el campo de un Sevilla impotente y en caída libre, y con goles de Marcos Llorente, al filo de la media hora, y de Álvaro Morata, cerca de la hora de juego, recupera el crédito y se mete en puestos europeos con un triunfo solvente e incontestable en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Los rojiblancos mandaron siempre en el partido ante un Sevilla sin ideas ni alma, que vio agudizada su crisis y despedido con pitos por su afición, un dominio que el Atlético trasladó al marcador con los goles de Llorente en el 29, tras un saque de banda y un centro de Koke, y de Morata, en el 57, al aprovechar un saque de puerta de Oblak, la presión de un activo Cunha para forzar el fallo de la zaga local y su acierto en el mano a mano ante Bono.
Era un choque de urgencias entre dos equipos de 'Champions' situados bajo la lupa, muy exigidos, por un mal arranque liguero compartido, en especial el Sevilla de Julen Lopetegui, muy cuestionado y que salvó tres 'bolas de partido' en sus últimos partidos, todos fuera (Espanyol, Copenhague y Villarreal), pero aún en el disparadero.
Con parecida necesidad acudía el Atlético a Nervión, con mejores resultados (séptimo frente al decimoquinto puesto de un desconocido Sevilla), pero en horas bajas, con dudas y con Diego Simeone también discutido y criticado, por lo que era un duro examen, lleno de presión, tanto para ambos equipos como para sus técnicos.
Y Lopetegui y Simeone, también condicionados por la ausencia en este parón de sus muchos internacionales, buscaron la reacción renovando sus onces. No les tembló el pulso. El vasco hizo cuatro cambios: el galo Nianzou de central, el neerlandés Rekik de lateral, el danés Delaney en la media, el argentino Lamela de extremo y el danés Dolberg, titular por primera vez, en punta. El técnico argentino fue un punto más allá, con 6 novedades.
Volvió a una zaga de cuatro y pudo alinear por primera vez juntos al montenegrino Savic y al uruguayo José María Giménez, con el argentino Nahuel Molina en la derecha y pasando el belga Witsel a la media junto a Koke, que se convirtió en el atlético con más partidos de su historia (554); Saúl en la izquierda; y arriba Morata y el brasileño Cunha, en detrimento del francés Griezmann y el luso Joao Félix.
El Sevilla salió fuerte, con intensidad, pero sin apenas profundidad ante un Atlético que nunca perdió el sitio sobre el césped. Los de Lopetegui, con Lamela, Isco, Óliver Torres o Dolberg, lo intentaban, pero sin claridad ni peligro, mientras que el incombustible Koke mandaba y se asociaba bien con Llorente, y Cunha, muy activo, inquietaba a los locales con su velocidad.
Ninguno generó ocasiones claras, salvo un centro de Koke a los 2 minutos que se envenenó, pero que despejó bien el marroquí Bono, y un disparo que se le fue alto a Morata, solo en el área, a los 19 minutos. Aún así, se veía que el control era del Atlético y no lo desaprovechó Llorente al filo de la media hora.
Fue tras un saque de banda desde la izquierda y un cambio de juego de Koke, el timón de este Atlético ordenado, muy sólido. Llorente controló en la zona derecha de la frontal del área, se deshizo con un quiebro del brasileño Alex Telles, que acababa de entrar por el lesionado Rekik, y marcó el 0-1 con un preciso tiro cruzado.
Tras el descanso, Lopetegui movió el árbol para revertir la situación como fuera y pasó a una zaga de tres (Carmona, Gudelj y Nianzou) con la entrada de Jesús Navas por Kike Salas y del croata Rakitic por un Delaney ausente. Pero nada cambió, el Atlético siguió con su dominio, sin pasar apuros por su férrea y acertada defensa, y asustando de vez en cuando. Como un martillo pilón; sin prisas, pero sin renunciar a hacer daño al rival.
El Sevilla se volcó en pos del empate, pero sin ideas, ni magia ni alma ni efectividad, jamás encontraba el rumbo para poner en apuros a un conjunto colchonero superequilibrado, con las ideas muy claras y que siguió a lo suyo.
Así, Morata amplió la renta con el 0-2 a los 57 minutos, al aprovechar un saque de puerta de Oblak y que Cunha, implicado e incisivo siempre, le ganó el balón a Carmona para que el internacional madrileño batiera por alto en el mano a mano a un Bono absolutamente 'vendido'.
Ahí se acabó el pleito, pues el Sevilla, impotente e incapaz de superar el sólido y serio entramado del Atlético, quiso dar un paso adelante, pero sin fuerza ni potencial ofensivo para hacer nada en medio del enfado de su afición.
Es más, fueron los atléticos Cunha, en una contra que salvó Bono, el argentino Correa, con un remate de cabeza alto en una inmejorable posición, y en un par de acciones Griezmann, que salió a la hora de juego por Morata, quienes pudieron marcar.
Como contrapartida, un pobrísimo balance de un único remate destacable de un triste Sevilla, un testarazo del marroquí En-Nesyri a un cuarto de hora del final y al que replicó con un paradón Oblak. Al final, 0-2 y de nuevo bronca y pitos generalizados del sevillismo.