El jugador fue expulsado el pasado 8 de noviembre en el partido ante Osasuna por doble amarilla, pero el Comité de Competición de la RFEF le impuso tres partidos, uno por la expulsión, y dos más por el gesto que hizo de tocarse la nariz al considerar que fue una actitud de menosprecio o desconsideración hacia el árbitro Jesús Gil Manzano, por lo que se perdería los duelos ante el Espanyol, el Atlético de Madrid y el Getafe.
El club azulgrana apeló aquél castigo inicial, defendiendo que Lewandowski había mostrado "su descontento con el trato recibido por parte del árbitro principal del partido", mientras que el delantero también aseguraba que su gesto iba dirigido al técnico Xavi Hernández.
Sin embargo, tanto el Comité de Apelación como el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) desestimaron las alegaciones del FC Barcelona, por lo que este decidió acudir al Tribunal Central Contencioso de Madrid, que le concedió la cautelar que permitirá al polaco jugar ante el Espanyol.