El entrenador local, Quique Setién, apostó por un once con mayoría de jugadores secundarios, completado con algunos titulares, y al cuarto de hora de juego los amarillos ya tenían el partido decantado a su favor.
Uno de los ausentes, el brasileño Míchel Macedo, fue sustituido en el lateral derecho por David Simón, y el grancanario fue incisivo en los minutos iniciales. Primero en un mano a mano que le ganó Queco Piña, y después con un pase a Tyronne, cuyo disparo fue al palo, y el rechace lo aprovechó a puerta vacía el argentino Mateo García para marcar, ante una contemplativa defensa visitante.
Hizo falta un gol en contra para que el equipo de Segunda comenzara a creer en sí mismo, como ya ocurrió en El Alcoraz. Y el Huesca estuvo cerca del empate con algunas ocasiones claras, como un disparo cruzado de Kilian Grant que se marchó fuera, otro lejano de David López, pero sobre todo una llegada de Cmiljanic que rechazó con los pies Raúl Lizoain.
La Unión Deportiva se dejó llevar y se acomodó con su tempranera ventaja, pensando que sería suficiente. Y con esa inercia llegó al descanso, pero también con la sensación de pasar por apuros a poco que los de Anquela se lo propusieran.
Con la necesidad de marcar dos goles para seguir en la competición, los altoaragoneses no se rindieron en la segunda parte y siguieron poniendo a prueba a Lizoain, pero un mal entendimiento entre Queco Piña y Jesús Valentín propició el segundo gol local, un regalo navideño anticipado que abrió Asdrúbal.
Con la misma desventaja que llegó a tener en el partido de ida, el Huesca no tuvo la reacción de entonces por su poco afortunada culminación de las jugadas. El gol de Kilian Grant en el tiempo de prolongación premió su insistencia, pero llegó demasiado tarde.