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Madrid |
Escocia reivindica con razón su paternidad en el fútbol moderno, pero su fútbol no logra salir del folklore y el amor al juego. Desde 1998 no participan en una Copa del Mundo y en la última Eurocopa se fueron a casa sin ganar un solo partido.
Con todo, Escocia aportará al torneo un estilo vistoso y comprometido, un colorido en las gradas único y un buen puñado de futbolistas de élite que podría, por primera vez décadas, dar la sorpresa y colarse en la fase eliminatoria a costa de algún grande. La lucha es lo que nadie le duda a los escoceses.
Escocia nunca ha traspasado la barrera de la fase de grupos en un gran torneo de selecciones, así que ese sigue siendo el objetivo, sin demasiada presión.
En la fase de clasificación le dieron un buen susto a España en Glasgow y eliminaron a la Noruega de Haaland y Odegaard, así que no se puede descartar que lo consigan. Compartirán grupo con Alemania, Hungría y Suiza, lo que les da una posición de partida subalterna, pero una tercera posición podría darle el paso a octavos, y con un poco de motivación, cualquiera frena a los escoceses.
Escocia es buen puñado de futbolistas de élite que podría, por primera vez décadas, dar la sorpresa y colarse en la fase eliminatoria a costa de algún grande
El lateral del Liverpool es la única estrella de nivel mundial que tiene Escocia y la aprovecha al máximo. Incansable por la banda izquierda, en selección juega más liberado de tareas ofensivas y aglutina todo el juego de ataque que puede.
Además, es el capitán del equipo y un luchador que contagia a sus compañeros, en Liverpool y en Edimburgo, por lo que desactivarlo parece imposible. Además de él, el medio del Manchester United Scott McTominey se ha convertido en un futbolista de referencia, por su trabajo y su capacidad para llegar al área en momentos clave.
El delantero de Escocia juega en segunda división inglesa, al igual que su suplente, que tiene más calidad pero menos brega. Los extremos Christie y McGinn son buenos acompañantes, pero no generan mucho, así que los goles de este equipo suelen llegar a balón parado o por acumulación. No es fácil derribar la muralla escocesa, pero los de Steve Clarke necesitan mejorar mucho su juego ofensivo para hacer un buen papel en la Euro.