Retraso insólito en la final de la Champions por motivos de seguridad
Miles de ingleses han intentado entrar en masa en el estadio de la Saint-Denis y se ha anunciado por megafonía del estadio que se aplaza la final.
¡Escándalo en París! El inicio de la final de la Liga de Campeones entre el Liverpool y el Real Madrid se ha tenido que retrasar a causa de problemas en los accesos al Estadio de Francia, a las afueras de París.
La información se dio poco más de un cuarto de hora antes del inicio del encuentro y fue comunicada a los espectadores.
Buena parte de las gradas del Estadio de Francia, que acoge casi a 80.000 espectadores, estaban vacías a esa hora.
En los aledaños del estadio se registraron algunos incidentes con hinchas y la policía alertó de varios intentos de superar de forma indebida el perímetro de seguridad montado en torno al estadio.
El partido entre ingleses y españoles debía comenzar a las 21 horas. Sin embargo, la UEFA ha optado por comenzar a las 21.30 horas a fin de poder solucionar los problemas en el acceso al estadio causados por los seguidores del Liverpool.
La UEFA revive el caos de la final de la Eurocopa
El caos que se vivió en la final de la Eurocopa en Wembley hace menos de un año se ha vuelto a vivir en las puertas del Stade de France. Robos a aficionados, saltos de vallas, agresiones y una alarmante falta de seguridad y control han llevado al retraso, de casi 36 minutos, de la final de la Champions, algo inédito en el fútbol moderno.
Miles de aficionados entraron en tromba al campo de Saint Denis para intentar burlar la seguridad y aprovecharse de las endebles defensas francesas, que no pudieron parar a la marabunta que atacó las puertas.
Una imagen que recordó mucho a la vivida en la Eurocopa el año pasado, cuando un centenar de aficionados consiguió colarse por las entradas para minusválidos de Wembley, en el mayor caos organizativo que ha vivido la UEFA.
Botellón, cristales y alcohol
Botellas rotas, cristales, alcohol, drogas y un botellón que recordó a una batalla campal empañó la final entre Italia e Inglaterra, que terminó con 90 detenidos, pero ni eso sirvió para que el encuentro se retrasara.
Esta vez, el desastre llegó a cotas mayores, con aficionados esperando más de dos horas en las colas de Saint Dennis, con tapones de personas en el metro más cercano al estadio y con imágenes de aficionados saltando vallas y agrediendo al personal de seguridad.