El Chelsea se juega lo único que le queda de la temporada (la Champions) y Graham Potter su crédito en el banquillo: apenas ha logrado seis triunfos desde que sustituyó a Thomas Tuchel en septiembre, lo que le hace figurar entre los peores técnicos de la historia del conjunto londinense.
La falta de gol es una penalización muy grande a la hora de afrontar una remontada y es que el Chelsea apenas ha marcado dos goles en sus siete últimos encuentros. Para este encuentro tiene las bajas de Thiago Silva, Mason Mount, N'golo Kanté, César Azpilicueta y Edouard Mendy, aunque confía en recuperar a Reece James.
El Borussia Dortmund llega con la mínima ventaja que le da el 1-0 de la ida y en medio de una racha de diez victorias consecutivas. Eso sí, hay dos jugadores importantes en la parte de ataque que con seguridad no estarán por lesión: Moukoko y Adeyemi. Tampoco podrá contar con Ryerson, sancionado por acumulación de tarjetas.
El Benfica, fortalecido por el triunfo en la ida en terreno belga (0-2), y en una dinámica positiva, confía en cerrar su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones ante un rival que, además, llega con malas sensaciones: dos derrota y un empate en sus últimos partidos en al liga belga.
Los lusos se enfrentarán al Brujas con la importante ausencia de Chiquinho en el centro del campo. También es duda por molestias físicas el ex valencianista Guedes. De cara a unos hipotéticos cuartos, el Benfica tiene a cuatro jugadores apercibidos de sanción: Otamendi, Florentino, Joao Mario y Gonçalo Ramos.
El Brujas, vigente campeón de la liga belga esperaba apoyarse en la Liga de Campeones para reconducir la temporada, pero sus aspiraciones se están convirtiendo en quimeras: sólo ha sumado 2 victorias en sus últimos 16 encuentros, lo que ofrece un panorama muy complicado a su nuevo entrenador, el inglés Scott Parker.
Unos 4.000 aficionados belgas acompañarán a su equipo en un desplazamiento donde los lusos son claros favoritos y donde el rendimiento del Brujas, que tiene a toda la plantilla disponible salvo a Jack Hendry y a Skov Olsen, dependerá en gran medida del estado de forma de su director de orquesta en el centro del campo, Hans Vanaken.