Celta y Sevilla empatan en Balaídos
Celta y Sevilla han alargado este viernes sus rachas negativas sin ganar al empatar a un gol en Balaídos.
Celta y Sevilla alargaron este viernes sus rachas negativas sin ganar al empatar a un gol en Balaídos, en un partido en el que volvieron a mostrar muchas dudas, los celestes a balón parado y su rival en un primer tiempo en el que estuvo a merced de un Celta que se adelantó con un golazo de Gabri Veiga.
El parón otoñal no ha cambiado la dinámica peligrosa en la que ha entrado el Sevilla, demasiado frágil en defensa y sin pegada en ataque. Casi tres meses después de que Jorge Sampaoli sustituyera a Lopetegui en el banquillo del Sánchez Pizjuán, el equipo sevillista sigue en el mismo laberinto. Necesita soluciones urgentemente; Monchi tiene trabajo en este mercado invernal. Ni las numerosas bajas ni la mejoría del segundo tiempo sirven de excusa.
El Celta lo puso en evidencia en el primer tiempo. El portugués Carlos Carvalhal ha dotado a su equipo de mayor consistencia defensiva con la línea de tres centrales y el meta argentino Agustín Marchesín fue un espectador más en el primer tiempo.
La superioridad celeste fue aplastante. El Celta firmó 45 minutos ilusionantes, con Óscar Mingueza haciendo daño con sus subidas y Aspas generando juego lejos del área. De sus botas nació el único tanto del primer tiempo, una obra de arte del joven Gabri Veiga, que picó el balón por encima de Bono en el mano a mano.
Eso sucedió en el minuto 32. Once antes, el colegiado vasco De Burgos Bengoetxea había perdonado la segunda tarjeta amarilla a José Ángel Carmona por una dura entrada sobre el argentino Franco Cervi.
Si la ventaja del Celta no fue mayor al descanso fue por su desacierto. El delantero noruego Larsen, por el que pagó 14 millones, sigue con la pólvora mojada. Falló una ocasión clara en el primer tiempo (min.24) y otra en la segunda (min.52). Carvalhal ha pedido un delantero a Luis Campos. Motivos no le faltan porque la dependencia goleadora de Aspas sigue siendo enorme.
Sampaoli movió su equipo en el descanso. Erik Lamela sustituyó a En-Nesyri, y su compatriota reactivó al Sevilla, mucho mejor que el Celta. Cierto es que el guión pudo ser otro si Larsen anotase el 2-0, pero el noruego falló en el mano a mano al tratar de picar el balón por encima de Bono.
Su error le costó caro al Celta. El Sevilla igualó dos minutos después tras un error de Marchesín, que se comió el remate de Kike Salas, justo en la jugada posterior a su espectacular parada a Lamela. Esa acción generó nerviosismo en el portero argentino. Lo detectó Acuña, que buscó sorprenderlo con un centro muy cerrado. Marchesín, con problemas, despejó a córner.
El Sevilla estaba siendo mejor, tenía más el balón, y Carvalhal refrescó su equipo. Fue, sin embargo, su rival el que pudo culminar su remontada, pero Oliver Torres mandó alto su remate, después de que Marchesín despejara al centro un tiro lejano de Acuña. Al partido le restaba algo menos de media hora.