El FC Barcelona gana la Final de la Copa del Rey al Real Madrid en un partido de locura (3-2)
Tras una primera parte, que ha sido un monólogo culé, Ancelotti ha cambiado el partido desde el banquillo y los blancos han remontado para acabar llevándose la final de la Copa del Rey ante un FC Barcelona que fue de más a menos.
Madrid |

Para un aficionado imparcial, este partido y esta final ha sido un auténtico espectáculo. A la altura de los clásicos. A la altura de una final de Copa del Rey entre el FC Barcelona y el Real Madrid, algo que, por cierto, no ocurría desde hace 11 años. Para un aficionado del Real Madrid, el encuentro puede haber sido injusto, un auténtico jarro de agua fría, después de remontar una primera mitad paupérrima en la que los blaugranas le han pasado por encima, rozando casi el 80% de posesión. Un chasco, después de una temporada en la que ve como se le escapan los títulos, a pesar de contar con los mejores jugadores del mundo. Y, sobre todo, después de ver como se vuelve a perder un clásico contra el FC Barcelona; el tercero esta temporada. La renta total es, a día de hoy: 11-3.
Pero en deporte y, sobre todo, en finales, a veces lo más importante es creer. Y si algo ha enseñado Hansi Flick a este Barça -además de a trazar la línea de fuera de juego a la perfección y casi de forma milimétrica- es a creer. Y Pedri, Lamine, Raphinha, Ferran, Cubarsí, Kounde y compañía llevan creyéndoselo toda la temporada. Y así pasa, que puede que -pensando a lo grande- el triplete esté más cerca. Y puede que ya se lo estén empezando a creer.
Quizás, el mayor error del Barça en los últimos años, al menos en lo meramente deportivo, ha sido no saber sufrir. Ahora, con el técnico alemán, la idea es seguir al dedillo la ideología Cruyff: no importa cuantas veces golpee el contrario, si el Barça termina golpeando más. Y así, el FC Barcelona ha terminado ganando la Copa del Rey al Real Madrid por 3-2 en la prórroga con gol de Koundé en el minuto 116.
Monólogo del Barça para empezar
El Real Madrid ha empezado el encuentro dudando sobre si ir a la presión o no, lo que ha terminado por dejar espacios entre líneas para que Pedri comenzase a saltarlas con sus pases en profundidad. Por su parte, el FC Barcelona ha arrancado la final siendo fiel al estilo que ha implantado Hansi Flick desde su llegada: presión alta para recuperar el balón rápido tras perdida.
Y la primera mala noticia para Ancelotti ha llegado más pronto de lo que se preveía: su plan 'anti-Lamine' apenas le ha durado 8 minutos de partido, cuando Mendy se ha tenido que retirar lesionado y en su lugar ha entrado Fran García. Con todo, habrá que empezar a poner en entredicho -o, al menos, a hablar- del papel de los médicos del conjunto blanco y si ha sido demasiado precipitado poner al lateral derecho de inicio en una final como esta y con un hueso tan duro como Lamine.
Los primeros 20 minutos han sido un monólogo del FC Barcelona, tanto que: los blaugranas registraban un 75% de posesión, rondando una y otra vez -aunque con poco peligro- la portería de un Courtois que, de momento, estaba siendo el mejor de los bancos; y tanto que: el Real Madrid ha pisado por primera vez el área rival en el minuto 22.
Y llegó la magia de Pedri
Y que esta temporada Pedri se haya consagrado como uno de los mejores mediocentros del mundo es, precisamente, por jugadas como la del primer gol. Es prácticamente un resumen de lo que lleva haciendo toda la temporada y de todo lo que aporta al FC Barcelona en casi todas las facetas del juego. El primer tanto de los culés ha llegado tras una enorme recuperación de Cubarsí para frenar una contra blanca peligrosísima. Así, desde el centro del campo, Pedri ha dado un pase en profundidad a Lamine, que ya corría por su banda y ahí llegó todo.
Porque fue precisamente Lamine quien se inventó el primer gol, casi que lo imaginó. Porque cuando llegó a la línea de fondo tras el enésimo desajuste defensivo del Real Madrid, mientras toda la zaga blanca esperaba en el área, el extremo la puso a la medialuna, donde nadie esperaba a Pedri, que enganchó un zapatazo a la escuadra inapelable para Courtois.
Mbappé lo cambia todo
Nada más comenzar la segunda parte, Ancelotti ha sacado a Kylian Mbappé por Rodrygo, así que no ha cambiado el dibujo y ha seguido manteniendo el 4-4-2. Pero eso no es todo, en el minuto 54 han salido Lucas Vázquez y Ceballos y por Arda Guller y Luka Modric. El técnico del conjunto blanco buscaba, así, más posesión, ante un FC Barcelona que empezaba a sufrir con las llegadas de Vinicius y de, precisamente, Mbappé, quienes se encontraban con el muro de Szczesny.
A falta de fútbol, el Real Madrid lo ha intentado por las bravas, planteando un partido a tumba abierta, buscando encontrar un gol rápido en la segunda parte. Corriendo, achuchando e impendo la salida limpia de balón del Barça. Y tras tanta llegada, una falta de De Jong al borde del área, la ha dejado perfecta para que Mbappé la enchufe de falta directa.
Y no solo Mbappé, Ancelotti, más cuestionado que nunca en estos últimos meses, ha conseguido cambiar el partido desde el banquillo y ha dejado noqueado a un FC Barcelona que no se ha encontrado en casi toda la segunda parte. Así ha llegado la remontada de los blancos, con otro gol de Tchouameni que remata prácticamente solo desde un saque de esquina que ha sacado Arda Guller en el minuto 75.
Los culés se lo creen
Los minutos finales del partido han sido una auténtica locura, a la altura de los grandes clásicos, porque cuando los blaugranas no terminaban de encontrarse y el encuentro estaba más para un tercer gol del Madrid, pero una contra del Barça con un pase made in Yamal dejó solo a Ferran Torres que metió su sexto gol en esta Copa. Los de Hansi Flick terminaron aprovechando los espacios de un Madrid volcado al ataque.
En el minuto 95, el Var tuvo que llamar a revisión a Bengoetxea, tras señalar un penalti de Asencio sobre Raphinha que, finalmente, no fue. Se desató la locura en la Cartuja con la prórroga. Y es que en el tiempo extra, el conjunto blanco bajaba una marcha, consciente de que seguir volcando tan en ataque, supondría un suicidio por dejar tantos espacios para las carreras de Lamine y Raphinha. El Barça llegaba más veces, pero como si se tratase de una fotocopia de la primera mitad, el peligro era escaso; y el Madrid también trataba de hacer su juego aproximándose al área rival.
Locura Koundé
Finalmente, el fútbol desplegado por el FC Barcelona aprovechando los espacios y una fe inquebrantable de los de Flick ha hecho que el gol llegué de la mano de un zapatazo de Koundé en el minuto 116. El lateral francés culminaba así un partido en el que el despliegue físico y defensivo ha sido excelso.
Al Real Madrid apenas le quedaba tiempo ya para remontar y le han podido tanto los nervios, que el partido ha acabado con una tangana en los banquillos, con Rüdiger lanzando una botella al campo -mientras se estaba jugando- y con dos tarjetas rojas para el propio Rüdiger y Lucas Vázquez.