El Atlético no pierde el pulso a la segunda plaza
Un doblete de Griezmann reafirma a los rojiblancos como el mejor equipo de la segunda vuelta.
Liderado de nuevo por Antoine Griezmann, el doble goleador de la victoria contra el Almería, el Atlético de Madrid reafirmó su condición de mejor equipo de la segunda vuelta de la Liga y más allá, de las últimas doce jornadas, con 32 de los 36 puntos disputados en su bolsillo, con seis triunfos consecutivos y con la capacidad incluso para ganar partidos sin exigirse, como ocurrió este domingo en el Metropolitano (2-1), con el susto final de un posible penalti y un agobio inesperado.
Un gol poco después del cuarto minuto de partido, tan sencillo como pareció todo, con el saque de esquina de Yannick Carrasco, la prolongación en el primer palo de Correa, el cabezazo entre la línea y el defensa de Griezmann, el despropósito defensivo del Almería, que jamás había ganado en toda esta temporada como visitante... Y una relajación natural, pero inapropiada.
Ha tomado el conjunto rojilblanco una altura en esta temporada, aspirante a la segunda posición, rumbo al Camp Nou el próximo domingo para ver si puede aún imaginarse ser algo más, que cometería una torpeza inaceptable si se confía demasiado, si siente que puede ganar sin exigirse, si se presupone tan superior como para desprender cierto desinterés.
Cierto que lo controló casi todo en el cruce de este domingo en el Metropolitano, que todo lo que ocurrió fue mérito o demérito suyo, con un Almería con aspecto de derrotado desde el mismo momento que recibió el 1-0 con tan sólo cuatro minutos y ocho segundos disputados, pero también con un Atlético que optó por una contemplación que pone en riesgo hasta el encuentro más cómodo, por un rebote, por un mal pase o por lo que sea.
Nadie lo intuía. Nadie lo habría imaginado en un escenario tan plácido. Un paseo del Atlético. Porque el marcador era suyo, el balón también, el juego lo mismo e incluso las ocasiones reducidas a un par de remates (uno de Correa de rabona con la derecha, cuando parecía más sencillo el tiro con la izquierda, y otro contragolpe de Griezmann). Pero ocurrió: Correa fue al asistente involuntario de Baptistao que desencadenó un gol de carambola.
Primero por la inconcebible entrega del atacante argentino, que jugó tan para atrás y con tanta imprecisión que la pelota cayó en el delantero brasileño sin esperarlo, y después por el desenlace de la jugada, cuando el centro de Baptistao lo interceptó Giménez, pero causó un efecto tan extraño que sobrepasó a Jan Oblak hacia la red. Un accidente. O no. En cualquier caso, lo remedió el jugador del momento, el más incontestable: Griezmann.
Porque el Atlético es tan superior al Almería que sólo necesitó reponerse en la tarea que había olvidado desde que marcó el 1-0 hasta que encajó el 1-1. Recibido el aviso, asumida la advertencia de forma tan taxativa, el equipo de Simeone tardó sólo cuatro minutos en reestablecer las cosas en su sitio, en una combinación que pasó por Koke, Correa, Griezmann, de nuevo Correa y Carrasco... Y culminó 'El Principito'.
Son ya once goles en esta Liga del francés, el jugador total que despertó definitivamente al Atlético, cuya pegada es crucial en su crecimiento desde el Mundial 2022 en adelante o desde aquel 1-1 contra el Almería del pasado 15 de enero que tanta frustración causó, con doce tiros y un solo gol en la ciudad andaluz, pero que inició la secuencia imponente de trece jornadas sin derrota del conjunto madrileño, ocho de las últimas nueve con triunfos.
El Atlético hizo méritos entonces para golear al Almería. Sobrevivió el bloque visitante porque Fernando negó el gol tanto a Griezmann como Marcos Llorente y porque ni el árbitro, Díaz de Mera, ni el VAR consideraron para penalti una mano de Samu Costa dentro del área ante la incredulidad y la reclamación de Correa. El equipo de Simeone, entre gritos, aún aguarda su primera pena máxima de esta Liga. Al menos, lo pareció. No fue señalada. Y con la corta diferencia aún en el resultado.
Otra parada sensacional de Fernando, un disparo al poste de Yannick Carrasco, otro de Antoine Griezmann... Pero aún seguía con el inquietante 2-1. Con los nervios que eso genera cuando encara la recta final de cualquier duelo, con Simeone pidiendo el aliento del público, con dos penaltis reclamados por el Almería (el primero lo revisó el árbitro en el VAR y lo invalidó por un fuera de juego previo) y con el sufrimiento agónico del Atlético. El domingo aguarda el líder. La prueba de fuego.