Europa recupera la Ryder Cup en Roma con una ventaja de cinco puntos sobre Estados Unidos
La anfitriona sujeta el intento americano de dar emoción a una batalla azul desde el primer día.
El equipo de Europa reconquistó la Ryder Cup este domingo tras una larga última jornada de partidos individuales, donde Estados Unidos se resistió a entregar la copa, estirando el desenlace hasta el penúltimo duelo, donde el inglés Tommy Fleetwood lo terminó.
Nunca la Ryder vivió una remontada de cinco puntos en el último día y, con 10,5-5,5 para Europa, la historia no cambió en el Marco Simone Golf and Country Club de Roma. El capitán europeo, Luke Donald, puso a sus hombres fuertes de inicio en busca de los cuatro puntos que les separaban de la victoria, entre ellos un Jon Rahm que peleó medio punto ante el número uno Scottie Scheffler.
El noruego Viktor Hovland se llevó el segundo partido ante Collin Morikawa y Rory McIlroy y Tyrrel Hatton también ganaron a Sam Burns y Brian Harman. USA siguió su progresión en su juego y alargó la emoción pero, con Europa a medio punto de ganar la Ryder y con cinco partidos por delante, pronto se vio que era cuestión de tiempo.
Después de perder con la mayor desventaja en la era moderna hace dos años en Whistling Straits (19-9), Europa hizo valer su racha en casa, donde no pierde desde 1993, a pesar de no estar por delante en las quinielas. Desde un 4-0 el viernes por la mañana, la Ryder se fue tiñendo de azul con Rahm, Hovland, McIlroy, Hatton, Justin Rose y el broche para Fleetwood como grandes protagonistas.
No hubo milagro en USA, un equipo temible por calidad pero que no fue tal, con un capitán como Zach Johnson que tampoco encontró parejas que funcionasen. A todo ello, se añadió poca deportividad en la crítica desentonada de Brooks Koepka hacia Rahm, diciéndole que actuaba como un niño, o peor aún, la actuación del caddie de Patrick Cantlay, Joe LaCava, quien molestó a McIlroy el sábado en el 18.
Europa lo tenían en su mano y no lo dejó escapar, aunque quizá dio algo más de emoción de la esperada. El español Rahm pudo rematar a un Scheffler que se llevó un 9 y 7 en la mañana del sábado casi llorando, pero el número uno levantó su crisis con el 'putt' tras empezar dos abajo. El texano firmó un bonito toma y daca con un Rahm que de nuevo peleó hasta el final para salvar medio punto en el 18.
Mientras, Hovland volvió a jugar increíble (4 y 3), al igual que McIlroy (2 y 1) y Hatton (3 y 2). Sin embargo, a partir de ahí, los partidos se presentaban igualados e incluso de rojo, con lo que las cuentas de Europa apuntaban a tener que llegar a los dos últimos partidos, una tensión que confiaban no tener que pasar.
Rose peleó con Cantlay, el mejor de los visitantes, a pesar de llegar tres abajo a los segundos nueve. El inglés, uno de los artífices del milagro de Medinah, ganó el 12, 13 y 15, pero terminó cediendo en el hoyo 17. Igualmente se antojó clave el duelo entre Matt Fitzpatrick y Max Homa, donde el estadounidense abrió la puerta fallando al agua en el 16 como había hecho su rival.
El americano se desquitó en un 18 para el recuerdo, asumiendo una penalización al borde del 'green' y cruzando los dedos. Fitzpatrick tuvo la primera bola de campeonato, pero no metió su 'putt' y Homa alargó la Ryder. Con todo, medio punto con cinco por jugarse daban a Europa una posición incluso tranquila, sobre todo con los dos partidos últimos bien encaminados por Fleetwood y Robert Macintyre.
Koepka venció (3 y 2) a Ludvig Aberg y Justin Thomas también superó a Sepp Straka en un partido que estuvo cerca a su vez de dar ese medio triunfo de la victoria a Europa. Sin embargo, la racha de Fleetwood terminó con el suspense al asegurarse el medio punto con dos arriba en el 16 ante Rickie Fowler. El bombardeo europeo terminó alcanzando la Ryder, la octava de las últimas once.
Después, el inglés confirmó el punto entero, Macintyre rubricó el suyo ante Clark y Shane Lowry, otro de los que ayudó a hacer buena piña en la anfitriona, sumó medio ante Jordan Spieth con miles de personas alrededor del 'green' del 18. Con 16,5-11,5 terminó la batalla en Roma, donde doce gladiadores europeos vengaron la derrota de hace dos años y defendieron su territorio con clase y calidad.