Yo también vi jugar a Pau Gasol
Con tu permiso, admirado Pau, voy a tirar de memoria y recordar tus hazañas alrededor del mundo.
Prefiere, Pau Gasol, hablar de las oportunidades que se le abren una vez cierre su carrera como deportista profesional, analizar cómo puede contribuir a la mejora de la sociedad, estudiar e iniciar planes de ayuda para los niños y jóvenes inculcándoles un estilo de vida saludable. Influir, en definitiva, de una manera positiva dada su privilegiada posición. Pero con tu permiso, admirado Pau, voy a tirar de memoria y recordar tus hazañas alrededor del mundo.
El relato no es cronológico puesto que la memoria, amén de selectiva, es caprichosa y tan pronto me asalta un título de Campeón del Mundo como el All Star Game de Los Ángeles y Nueva York o la última vez que le vimos en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Y fue en el madrileño pabellón donde, por casualidad, topé con Pau en el pasillo de salida a la calle y le espeté un "nos has vuelto a sorprender", a lo que él contestó "incluso yo estoy sorprendido. Habrá que disfrutar mientras el cuerpo aguante". Nos despedimos mientras cientos de aficionados solicitaban su atención para una foto a distancia (los protocolos por la pandemia).
Y recordar este momento, el de las fotos, me trae a la memoria una conversación mantenida con el propio Pau y su "escudero" Jordi. Inseparables desde hace más de una década, Jordi lleva a rajatabla una máxima: fotos y autógrafos siempre en movimiento, sin detener Pau su paso. El motivo, tan sencillo como difícil de anticipar: "hemos hecho el estudio de cuánto tiempo emplearía si se parara con cada uno y le llevaría 1 mes entero al año". Pensadlo bien, 1 mes entero son 744 horas de su vida. Nunca le he visto decir que no a una foto.
"Gracias por venir"
Una de las fotos imborrables se produjo en el Madison Square Garden de Nueva York. Fue en un frío mes de febrero del 2015. Frío es un eufemismo pues caminar esos días por las calles neoyorquinas helaba el alma. Días plenos de actividades y quehaceres aunque siempre intentaba sacar hueco para preguntar a los periodistas allí congregados qué tal estábamos. "Gracias por venir", dijo al terminar el All Star Game. Como hacía en todos los eventos en los que Pau era y es el protagonista. "Gracias por venir".
Incluso dio las gracias en el momento más crítico de su carrera profesional. Madrid, año 2014. El gran batacazo de la generación dorada. El Mundial de España, con la mejor colección de jugadores que nunca ha tenido nuestro baloncesto. Y el peor resultado: eliminados por Francia en los cuartos de final. Y lo peor de todo no fue la derrota sino lo que condujo a ese pésimo desenlace.
El verano de 2015, un reto personal para Pau Gasol
Y consciente Pau de que la imagen de la selección, y la suya especialmente, había quedado muy dañada, se tomó el verano del 2015 como un reto personal. Recordar lo que sucedió un 17 de septiembre del 2015 en la ciudad de Lille emociona y estremece. Curó la profunda herida, la de la selección y la suya propia, para siempre. Y una lección extrajimos de aquello: lo trascendente es cómo volver a empezar pues incluso el mejor deportista de nuestra historia se equivoca. Y fracasa. Y ese fracaso le sirvió para volver al orígen de su éxito.
Pau ha llegado a ser la mejor versión de Pau
Ese orígen es la humildad, el ego contenido reconociendo la necesidad de estar bien rodeado y la obligación de permanecer concentrado para alcanzar los objetivos. "Be focused" que dicen en Estados Unidos, aspecto en el que le insistía Kobe Bryant desde el mismo instante en el que Pau llegó a Los Ángeles. Con las distracciones propias de una ciudad como L.A. (memorable la fiesta con Estopa en el All Star Game del 2011) o Chicago, Pau ha llegado a ser la mejor versión posible de Pau.
Siempre tendremos la fortuna de poder decir "yo también vi jugar a Pau Gasol"
Pau dirá "gracias por venir" a todos los asistentes al acto en el Gran Teatre del Liceu. Y quienes estaremos eternamente agradecidos somos todos aquellos que hemos podido compartir un rato con Pau. Sonriente, fanfarrón y vacilón. Es consciente de haber trascendido al deporte y dada su magnitud, el baloncesto comienza un nuevo ciclo. Y siempre tendremos la fortuna de poder decir "yo también vi jugar a Pau Gasol".