Atlético de Madrid 3 - 1 Zenit
El Atlético de Madrid no pudo regresar de mejor manera a la Champions. El Calderón vivió un buen partido con alternativas, pero en el que el Atlético demostró sus credenciales con goles de Miranda, Arda y Baptistao.
El Atlético de Madrid retornó a la Liga de Campeones con fuerza, con un ejercicio de fútbol y competitividad ante el Zenit, al que derribó con solvencia y con el que sólo sufrió durante un cuarto de hora en el inicio del segundo tiempo, del que salió airoso con un gol afortunado de Arda Turan.
Los brasileños Joao Miranda, de cabeza en el minuto 40, y Leo Baptistao, en el 80, completaron la lista de goleadores atléticos, en el reestreno triunfal del conjunto rojiblanco en el máximo torneo europeo, en el que firmó un partido completo, al que ni siquiera asustó Hulk y el trallazo que supuso un inquietante 1-1 en el 58.
Porque el Atlético posee alternativas en su fútbol. Hoy cambió su registro en el primer tiempo para doblegar al Zenit, un equipo que se plantó en el Calderón sin riesgos, a la espera de su oportunidad para ganar, que nunca llegó porque nunca antes quiso más que el empate, y que resguardó de inicio su portería con tres centrales.
Después, en el segundo, supo sufrir, sobre todo en el primer cuarto de hora. Tuvo capacidad para reponerse de la igualada de su adversario y desniveló el partido a su favor, en su vuelta a la Liga de Campeones después tres años, nueve meses y diez días, desde que perdió, el 8 de diciembre de 2009, contra el Oporto por 0-3.
Sin Diego Costa y su explosivo despliegue ofensivo, sin casi opción para el contragolpe por el repliegue de su rival y apoyado en el 4-1-4-1 por el que hoy apostó el argentino Diego Simeone, el Atlético manejó la pelota todo el primer tiempo, buscó la vía de ataque por las bandas, con Adrián y Arda Turan, y por insistencia descubrió la fórmula para adelantarse en el marcador.
Nunca desiste el equipo rojiblanco. Ni siquiera el enredo al que, por momentos, le condenó el conjunto ruso a unos metros del área ni la contundencia que demostró para despejar cualquier centro hacia la meta de Lodygin en el inicio del duelo calmaron la ambición del Atlético, que entonces tiró de estrategia.
Es un recurso que maneja a la perfección, porque lo tiene muy trabajado, porque dispone de un pasador estupendo, Koke, y porque cuenta con buenos rematadores, como Miranda, que aprovechó el servicio desde la esquina del canterano para, en el primer palo, cabecear el 1-0 a la escuadra. Era el minuto 40.
La misma conexión que le dio el título de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, el último gran éxito de un equipo inconformista, que asume cada desafío con toda la naturalidad de un bloque de altísimo nivel competitivo, irrumpió en el conservador planteamiento del Zenit.
Su fútbol, su interés y su reiteración lo merecían. Porque el equipo ruso sólo quiso el balón cuando fue por detrás en el marcador. Y el Atlético lo asumió como si fuera su juego de cada día.
Cambió su efectivo contragolpe por la posesión. La velocidad en la transición por la paciencia. Entró por las bandas, con Adrián, Arda, Filipe Luis y Juanfran, para encarar el descanso en ventaja.
Justa, sin duda, pero también momentánea. Si el Atlético demostró su capacidad para jugar el balón y profundizar contra un adversario defensivo en el primer tiempo, las nuevas obligaciones del Zenit, que adelantó sus líneas con el gol en contra, modificaron el panorama del partido para el comienzo de la segunda mitad.
Resurgió el equipo ruso y empató. No lo hizo hasta el minuto 58, porque el belga Thibaut Courtois se estiró para despejar un testarazo junto al palo de Kerzhakov.
Fue entonces cuando apareció Hulk. No le había salido nada hasta ese momento al potente atacante brasileño, pero, de repente, un trallazo suyo se coló en la portería del Atlético. Un golazo imparable.
El 1-1 dejó 'grogui' durante unos minutos al equipo rojiblanco, arrinconado, que sintió alivio cuando una falta de Kerzhakov se fue al larguero y que recuperó la convicción de inmediato con una jugada afortunada, cuando un barullo en el área y un despeje de la defensa del Zenit chocó en Arda Turan rumbo al 2-1 (m. 64) y a la victoria.
Ya no hubo duda de su triunfo, sellado por el brasileño Leo Baptistao, que sólo necesitó 51 segundos en el terreno de juego para sentenciar el duelo (3-1) a pase de Arda Turan.